La mezcla de concreto para estos elementos debe cumplir con determinadas características especiales que le permitan mantener sus condiciones en un medio estricto debido a la acción del agua, del viento, del sol y de los agentes contaminantes.
Las fachadas pueden estar compuestas por muros o por vanos, los cuales configuran con armonía los espacios. Su evaluación estética puede hacerse con una visión global, teniendo en cuenta la composición general, espacios, juego de luz y las sombras originadas. También pueden evaluarse de manera detallada observando calidades propias del material y de su colocación.

Fachada de concreto a la vista. Crédito: Archivo Asocreto.
Hemos evolucionado mucho desde que el concreto era considerado solamente un elemento capaz de soportar cargas. Ahora es considerado un material que permite lograr fachadas acordes con el lugar y modo de fabricación, mediante formas, texturas y colores.
La forma de la estructura se logra gracias a la formaleta, también conocida como cimbra o encofrado. Su función es darle la forma al concreto, sirve de molde y en el caso de los concretos arquitectónicos, aporta en gran medida a la textura final de los elementos.
El encofrado en las estructuras de concreto arquitectónico es de gran trascendencia dentro del proceso constructivo, pues además de ser esencial para lograr una respuesta adecuada de los elementos a nivel estructural, debe responder a las expectativas del arquitecto en la estética general y acabado superficial. Puede ser de diversos materiales: Madera, aluminio, acero, plástico, yeso, fibra de vidrio, neopreno, hule, e incluso concreto.
La selección de la misma está limitada a los parámetros establecidos en el diseño arquitectónico y el diseño estructural, considerando la estética y los materiales utilizados para lograr la apariencia que se busca.
Para la construcción de las fachadas arquitectónicas –y en general para una estructura de concreto a la vista- se debe realizar un estudio riguroso para la modulación de los paneles o listones, y cobra especial importancia el cuidado en los remates de esquinas (evitando posibles pérdidas de pasta en el momento del vaciado del concreto), boceles y uniones, los tamaños de las dilataciones, el diseño y ubicación de las juntas y tensores (ubicación y espaciamiento). Por esto es necesario realizar planos arquitectónicos -a escalas adecuadas- de la modulación de las formaletas con todos los detalles, mostrando además la tasa de colocación del concreto. Adicionalmente es recomendable que las juntas de construcción y las de contracción coincidan en lo posible con las juntas de los paneles de la formaleta.
Las texturas en las fachadas buscan darle a la superficie un aspecto agradable con menor número de defectos. El tipo de textura dependerá de las exigencias estéticas definidas en el diseño.
Por razones estéticas o prácticas se le puede dar al concreto cierto tono, mediante pigmentos. El concreto coloreado se puede producir incorporando pigmentos dentro de la mezcla o simplemente con una selección acertada de los colores de las arenas, agregados y cementos, obteniendo colores derivados de su propio color natural.
Los principales factores que pueden afectar la estabilidad del color son la calidad de los pigmentos y las condiciones de exposición. Para obtener un color estable es esencial un buen vaciado del concreto, una relación agua/material cementante (a/mc) adecuada, una selección adecuada de los agregados, una compactación eficiente, un curado adecuado y además una correcta selección de la formaleta.
Así mismo, la homogeneidad del color depende de varios factores como la uniformidad del color del cemento, la constancia en la relación a/mc, la homogeneidad de las mezclas, la dosis de pigmento empleada (si lo tiene) y el color propio de los agregados finos y gruesos. Estos factores y el buen mezclado permiten al concreto obtener un color estable, con buenas condiciones de trabajabilidad y adherencia.
En general, con el tiempo las fachadas pueden sufrir agresiones que las afecten debido a que son elementos exteriores. Por lo tanto, cuando sean construidas en concreto, deben prepararse para que mantengan una buena apariencia en el tiempo, teniendo en cuenta los diferentes efectos nocivos según el medio ambiente en el que se encuentren, la ubicación de la obra, la orientación con respecto a los vientos dominantes y las lluvias fuertes.
El envejecimiento de la fachada está determinado por las medidas eficaces que controlen o prevengan los escurrimientos de agua sobre la superficie. Algunas de estas medidas pueden ser la textura, la inclinación de los muros, la disposición y forma de otros elementos que compongan la fachada como molduras o cornisas.
Nota aclaratoria de responsabilidad: Las observaciones contenidas en este documento son de carácter informativo y deben ser aplicadas y/o evaluadas por el constructor o usuario solamente en caso de considerarlas pertinentes. Por lo tanto, estas observaciones no comprometen a Argos, a sus filiales o a sus subordinados.