La profundidad de esta cimentación puede variar entre 0,5 m y 4 m, de ahí su nombre. Para obtener un producto que cumpla con lo diseñado y además con la norma (NSR-10), es necesario no solo controlar los problemas perceptibles por el cliente sino verificar que todas las etapas, tanto de diseño como de la construcción, se realicen bajo estándares de excelencia y calidad.
En la construcción de cualquier edificio uno de los procesos que exige máximo cuidado es la cimentación, por ello debe prestarse atención a esta etapa. A continuación se describe la forma más adecuada de evitar los problemas más comunes en la etapa constructiva de las cimentaciones superficiales y el manejo que se les debe dar, según las condiciones de la obra.

Fuente: Wikipedia-Peter Kapitola
En el caso de las cimentaciones superficiales como zapatas, placas, etc., es necesario realizar tres tipos de inspecciones antes de su vaciado:
Inspección del terreno
Se realiza tan pronto se haya terminado la excavación y estén construidos los moldes para el vaciado, no sin antes aprobar las condiciones del terreno para disponer los moldes, verificando su compactación, humedad, forma y dimensiones establecidas en el diseño, así como la revisión de la pendiente del talud de la excavación y su estabilidad, con el fin de evitar problemas de deslizamientos o accidentes.
De igual manera debe disponerse y verificarse el drenaje para evitar encharcamientos durante la construcción, eliminarse los charcos de agua antes de colocar el concreto, puesto que el líquido aumentará la relación agua/material cementante y puede afectar directamente la resistencia de diseño de la mezcla.
El refuerzo se puede colocar una vez aprobada la disposición del molde. En esta fase de la inspección se verifica la correcta alineación de la zapata, según los ejes establecidos por el diseñador, para evitar problemas de localización y posibles inconvenientes de alineación de las cimentaciones.
Es importante aclarar que el concreto se dispondrá directamente sobre el terreno, por lo cual debe protegerse por completo de la penetración de agua antes de ser colocado; si el suelo fue ablandado por acción del agua, deberá ser recortado y compactado con material estructural de relleno siguiendo las recomendaciones del ingeniero de suelos. Esta medida evitará problemas constructivos de colocación del concreto y dificultades futuras de estabilidad.
Los puntos suaves y todas las porciones de la subrasante que pudieran estar sometidos a asentamientos deben ser eliminados, incluyendo fisuras, capas inclinadas, capas de arcilla y capas de arena que contengan excesos de agua.

Fuente: Flickr-Williams_college_libraries
Inspección pre-fundición en las cimentaciones superficiales
Una vez la formaleta y el refuerzo estén en su lugar para el vaciado del concreto se debe realizar una inspección detallada del refuerzo, verificando que los diámetros, espaciamientos y amarres cumplan a cabalidad las especificaciones de diseño. Tiene gran importancia garantizar que el recubrimiento del refuerzo esté acorde con lo estipulado por el diseñador puesto que estos elementos tendrán contacto permanente con sulfatos provenientes del suelo y, por ende, reclaman especial cuidado (ver Capítulo C.4, NSR – 10).
Esto evitará errores derivados de la deficiente colocación, disposición y amarre del refuerzo y garantizará la durabilidad y buen comportamiento de la estructura. De igual forma, debe verificarse que el molde se encuentre limpio y en buen estado general, con las uniones debidamente cerradas.
Si se va a fundir concreto nuevo sobre concreto previamente colocado, la superficie del concreto viejo debe encontrarse libre de aceite, grasa, materiales extraños y sustancias ajenas a la mezcla. En ocasiones es necesario limpiarla con arena húmeda o soplete de alta presión para exponer una superficie de contacto rugosa y que garantice buena adherencia entre ambas mezclas.
No se debe olvidar que antes de vaciar el concreto es necesario comprobar que la mezcla cumpla las propiedades estipuladas en su diseño. Para este fin se deben tomar muestras por lo menos una vez al día por cada 40 m3 de concreto vaciado, o al menos una vez por cada 200 m2 por superficie de losa.
Generalmente se prueba la manejabilidad con el ensayo de asentamiento utilizando el cono de Abrahams y con la prueba de resistencia a la compresión a los 28 días (f’c).

Fuente: Flickr-mwmcelveen
Inspección durante y después de la fundición
Este control debe realizarse durante e inmediatamente después de la fundición del concreto; aquí se revisa su adecuada vibración, compactación y superficie homogénea. Es importante que la cimbra se retire en el periodo específico de diseño y no antes de este.
El ACI 347 recomienda para losas y zapatas de cimentación manejar un tiempo mínimo de 7 días. Si las temperaturas son inferiores a las establecidas, los tiempos mínimos deben incrementarse. El cumplimiento de estos tiempos garantizará que la estructura mantenga las propiedades de diseño y que no presente fallas por descimbrado prematuro.
Nota aclaratoria de responsabilidad: Las observaciones contenidas en este documento son de carácter informativo y deben ser aplicadas y/o evaluadas por el constructor o usuario solamente en caso de considerarlas pertinentes. Por lo tanto, estas observaciones no comprometen a Argos, a sus filiales o a sus subordinados.